Agni

Agni, en sánscrito, significa fuego. Es el poder, la fuerza que descompone el alimento que comemos. Este poder, este movimiento de fuerzas no solo se trata de las enzimas y ácidos presentes y necesarios en el proceso digestivo, incluye también al hígado, la vesícula, las glándulas salivares, el páncreas… y todos los órganos que intervienen en la eliminación de malas, toxinas, las sustancias de deshechos. Nuestra salud depende en gran medida de lo bien que podamos digerir, absorber y utilizar los nutrientes de lo que comemos. Nuestra capacidad de digerir es como un fuego que transforma la comida que ingerimos en moléculas diminutas que podemos absorber. La absorción adecuada de los nutrientes de los alimentos es esencial para mantener nuestro cuerpo nutrido, fuerte y con buena salud, para tener una vida plena y larga.

El estado de enfermedad o salud tiene una relación directa con lo que comemos, los alimentos nos aportan la energía necesaria para realizar todas las reacciones bioquímicas esenciales implicadas en el proceso digestivo. Los alimentos deben ser procesados por Agni, si esta energía es débil, pueden surgir dolores en el estómago, diarrea o estreñimiento, así como otras alteraciones como dolor de cabeza, letargo, irritabilidad, problemas de sueño, baja inmunidad… Porque cuando Agni está desequilibrado, se convierte en una fuerte causa de enfermedades.

Del estado de Agni, depende la salud en general, la fuerza de la digestión, la vitalidad, hasta la belleza de nuestra piel y nuestro estado emocional tienen relación con Agni! Mantendremos la salud en función de lo bien que podamos digerir, absorber y utilizar los nutrientes de nuestra comida.
El Agni de las personas con dominancia Dosha Pitta suele ser más fuerte, en cambio será irregular el de las personas Dosha Vatha y lento el de los Dosha Dakpha. Manteniendo en equilibrio los Doshas ayudamos a mantener fuerte el Agni.

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Un buen funcionamiento del tracto digestivo depende de:

– Movimientos peristálticos (ondulantes) regulares: el alimentos tiene que ir siendo transportado por el intestino y tener una buena eliminación de los residuos que de ellos se producen, los productos de deshecho, los malas. Si no se eliminan adecuadamente, se produce toxicidad en el intestino, que puede provocar infección, esparciendo toxinas por el resto del cuerpo.
– Interacción del cerebro y el tracto digestivo: el proceso de digestión y el funcionamiento de la mente están sumamente unidos, la digestión es muy sensible a los efectos de la mente y las emociones. Un cuadro de estrés puede reducir el flujo de enzimas digestivas limitando la digestión y la absorción, además de producir un exceso de ácido en el estómago que puede irritarlo.

Algunas pautas para mantener un buen Agni:

-Comer alimentos adecuados a nuestra constitución y cantidades adecuadas, no a los excesos

-Comer tranquilamente, sin prisas, en un ambiente relajado, con una actitud positiva hacia lo que estamos haciendo en ese momento, es decir: alimentándonos, nutriéndonos. No comer cuando estamos muy preocupados o ansiosos, esto ocasionará indigestiones y diferentes malestares.

-Comer solo cuando se haya digerido la comida anterior. Comprobamos que la digestión se ha hecho, si se tiene hambre realmente, y no es solo ansiedad, bebiendo uno o dos vasos de agua tibia, caliente. Si se eructa sin sabor y sin olor de la comida anterior será indicativo de que se ha digerido correctamente.

-Comer en un horario regular, no hacerlo a deshoras.

-Comer comidas elaboradas en el momento, con alimentos frescos, no recalentadas porque son más difíciles para digerir, más pesadas, comerlas calientes o tibias.

-Evitar ayunar por adelgazar, salvo como proceso de desintoxicación en determinadas épocas del año pero con supervisión de un profesional cualificado que orientará el ayuno más idóneo de zumos de frutas o verduras.

-Tomar una infusión de jengibre fresco rallado con un poco de limón para favorecer la buena digestión luego de las comidas, puede agregársele semillas de hinojo.

-Evitar en todo momento tomar agua fría ya que hace que Agni, el fuego interno se contraiga, descienda y nos provoque problemas estomacales, por ello se recomienda beber agua caliente o tibia.

-No hacer ejercicio después de comer, todo movimiento provoca desórdenes en la digestión.

-No dormir inmediatamente después de las comidas ya que ralentizará la digestión y provocará a la larga obesidad, recomendación importante a tener en cuenta en primavera en la que no se puede hacer siesta.

A tener en cuenta en el inicio de la estación primaveral para fortalecer Agni, devolverle su poder, reactivarlo, beber antes de las comidas una infusión de jengibre o, comer jengibre fresco rallado, una cucharadita, a la que se le puede agregar una pizca de sal. Luego de la comida también será beneficioso beber la misma infusión. Esta sencilla rutina ayudará en el equilibrio y recuperación del equilibrio y fuerza perdida.