Un abuelo hablaba con su nieto y le decía:
“Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.”
El nieto preguntó:
“Abuelo, dime cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón.”
El abuelo respondió:
“Aquél que yo alimente.”